Mi gusto por pintar
Cierto día cuando me encontraba pintando sobre un retazo de papel, encerrada en mi cuarto (la torre), mientras escuchaba la lluvia caer, me quede mirando la ventana y recordé, recordé como nació mi amor por los dibujos y la pintura, el culpable: Mi padre. Cuando era niña, yo y mi papà pasábamos mucho tiempo juntos, jugábamos mucho, bien recuerdo cuando se sentaba en el comedor tomaba una libreta, un lápiz y colores y se ponía a dibujar caricaturas, lo observaba fijamente, me encantaban sus dibujos, me hacían reír, cuando había completado el dibujo me volteaba a ver y me decía: vamos mari te toca hacer el dibujo, yo le respondía que no sabia dibujar, pero el insistía, asì que a la edad de 5 años, recuerdo tomar los colores y comenzar a dibujar, de verdad me esmeraba en cada trazo que daba, al final del acto veía mi dibujo idéntico al de mi papà, entusiasmada se lo mostraba a el, el me sonreía y me decía mari te quedo igualito, sus palabras me ponían tan feliz, que comencé a colorear, dibujar caricaturas y lo que seria mas tarde mi arte abstracto, regrese al momento en el que me encontraba pintando y recordé que tenia guardados aquellos dibujos, acudí de inmediato al baúl de los recuerdos, entre tantas cartitas y recuerdos ahí estaban mis dibujos, los saque con tanto entusiasmo porque según yo recordaba mis dibujos perfectos, igualitos a los que hacia mi papa, era yo un prodigio del dibujo, cuando los encontré y observe, que gran sorpresa me lleve, al darme cuenta del amor y cariño de mi papa por hacer que su hija no dejara de creer en si misma, la sorpresa fue darme cuenta que mis dibujos no se parecían en nada a los de el, para ser franca estaban muy feos, pero en mi niñez crecí con la idea de que eran hermosos y que yo era una artista, me comencé a reír muy fuerte, se me salieron una cuantas lagrimas, le llame a mi papà y le di las gracias.
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